Hirvonen, Grönholm y Loeb. En ese orden cruzaron la línea de meta del Rally de Gales y nunca un doblete de Ford cayó tan mal en el equipo que dirige Malcom Wilson, ya que este resultado no fue suficiente para que Marcus Grönholm se lleve el título a su casa en un año donde lo merecía más que nunca, sobretodo tas anunciar su retiro del mundillo WRC.
Sebastien Loeb logra así su cuarto título consecutivo, toda una hazaña si consideramos el corto tiempo que lleva en esto el buen francés. Loeb se anuncia como el Schumacher del rally, que con 36 victorias alcanza a legendarios pilotos como el cercano Juha Kankkunen y su paisano Tommi Makkinen. Nada mal si consideramos que Seb está a lustros de su retiro aún. También hay que reconocer el buen momento que demuestran los Ford desde hace algunos años.
Pero bueno, era el final esperado tras el Rally de Irlanda donde Grönholm liquidara sus aspiraciones al mundial. Aún si el finés hubiese llegado primero en Gales, al francés le bastaba con el quinto lugar para no asustarse y alcanzar igual su sueño de campeón... otra vez. Sin Marcus en el futuro, ¿nos aburriremos de ver a Loeb ganando siempre?
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