Buscando (pirateando) en otros blogs encontré un buen comercial de BMW que hace alusión a esos autos cohete que pretenden romper la barrera del sonido. Así que saqué de mi cabeza ese recuerdo que tenía guardado hace 10 años tras leer una de las Mecánica Popular que coleccionaba mi viejo sobre el desafío que significaba romper la barrera del sonido en tierra, mejor dicho en un vehículo con sus ruedas pegadas al suelo. Es así, que entre las posibilidades de hacer algo que nunca nadie había hecho, resaltaban el problema que representaría el estampido sónico y la posibilidad de hacer que el auto salga disparado hacia algún lugar, el más probable es que fuera hacia arriba y resultara en una destrucción total y televisada a muy alta velocidad. Otro problema que recuerdo haber leído fue que la fuerza de resistencia ejercida por el aire podría aplastar como un papel o como en los dibujos animados, al vehículo contra el suelo y enterrarlo con todo y piloto.
Un valiente ex piloto de la británica RAF, llamado Andy Green, fue el que suscitó todas estas especulaciones cuando anunció que intentaría batir este récord en el desierto de Black Rock, Nevada en USA y el vehículo en cuestión con el que intentaría semejante proeza era en realidad un avión sin alas. Un cohete, ya que se había construido al rededor de dos turboreactores Rolls Royce Spey 202 idénticos a los que llevaba el legendario avión F-4 Phantom y que sumaban una entrega de potencia de 110 mil caballos. Este engendro tenía por nombre el de Thrust Super Sonic Car (SSC) y como era de esperar, no se trataba de un auto, ya que la potencia no era entregada a las ruedas del vehículo sino suministrada como empuje por las turbinas.
Este gringo loco logró su hazaña un 15 de octubre de 1997 y pasó a la historia. Las consecuencias de semejante viaje no resultaron en nada parecido a lo que Mecánica Popular había predicho o intentó predecir en su momento, tan sólo el estampido sónico perturbó la aburrida calma del desierto de Nevada y los animales salieron disparados de miedo junto con algunos periodistas igual de miedosos (seguro los de Mecánica Popular). Sea como sea, el récord se rompió oficialmente al registrar para los anales de la historia una velocidad en tierra de 1232,93 km/h, lo que hubiera provocado una multa hasta en las velocísimas Autobahnen alemanas.
Es así que jugando con este concepto, el de la velocidad, BWM lograba presentar a su M5 de hace algunas generaciones a través de un video muy bueno.
Un valiente ex piloto de la británica RAF, llamado Andy Green, fue el que suscitó todas estas especulaciones cuando anunció que intentaría batir este récord en el desierto de Black Rock, Nevada en USA y el vehículo en cuestión con el que intentaría semejante proeza era en realidad un avión sin alas. Un cohete, ya que se había construido al rededor de dos turboreactores Rolls Royce Spey 202 idénticos a los que llevaba el legendario avión F-4 Phantom y que sumaban una entrega de potencia de 110 mil caballos. Este engendro tenía por nombre el de Thrust Super Sonic Car (SSC) y como era de esperar, no se trataba de un auto, ya que la potencia no era entregada a las ruedas del vehículo sino suministrada como empuje por las turbinas.Este gringo loco logró su hazaña un 15 de octubre de 1997 y pasó a la historia. Las consecuencias de semejante viaje no resultaron en nada parecido a lo que Mecánica Popular había predicho o intentó predecir en su momento, tan sólo el estampido sónico perturbó la aburrida calma del desierto de Nevada y los animales salieron disparados de miedo junto con algunos periodistas igual de miedosos (seguro los de Mecánica Popular). Sea como sea, el récord se rompió oficialmente al registrar para los anales de la historia una velocidad en tierra de 1232,93 km/h, lo que hubiera provocado una multa hasta en las velocísimas Autobahnen alemanas.
Es así que jugando con este concepto, el de la velocidad, BWM lograba presentar a su M5 de hace algunas generaciones a través de un video muy bueno.
A continuación, un par de videos que a manera didáctica muestran lo que sucede cuando un avión rompe la barrera del sonido.
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